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La producción media de calor fue de 28,9 kJ/min, siendo menor durante el ayuno (14,8 kJ/min) que durante la alimentación frecuente (21,4 kJ/min) o durante el suministro del bolo alimentario (18,5 kJ/min). La mayor producción de claor durante la alimentación fue debida al aumento de actividad física.
El cociente respiratorio (CR) fue menor durante el ayuno (0,87) que tras el bolo (0,96) indicando que se metaboliza grasa para cubrir las necesidades energéticas del animal. Tras el bolo, las cerdas derivaron su fuente energética principal hacia los carbohidratos de la dieta. El CR durante la ingestión frecuente fue intermedio (0,92) entre una alimentación real y un ayuno.
La oxidación mediana de la leucina fue del 12,4 % de la dosis. La oxidación durante la alimentación frecuente (9,4 %) fue parecida a la del ayuno (7,1 %); la oxidación tras el bolo fue el doble (18,5 %), indicando que se utilizaron más aminoácidos para la obtención de energía.
Estos datos preliminares indican que la alimentación frecuente ahorra aminoácidos de la dieta al reducir la oxidación.
RS Samuel, S Moehn, PB Pencharz y RO Ball. Protein and energy metabolism in nonpregnant sows. 2006. Advances in Pork Production. Vol 17, Abstract #7
